“Cuando tu hijo juega no te pregunta cómo llegó al mundo”
Nada más y nada menos que de esta manera se titula una de las gráficas de la nueva campaña publicitaria de PlayStation.
[Publicidad PlayStation en Subtes – Buenos Aires, septiembre 2013]
No sé que habrán pensado los creativos responsables de esta idea o la marca misma que la vende. Pero, ¿realmente hay público para esta frase? Tiene agujeros por donde se lo mire:
Crea interlocutores padres que no quieren que sus hijos pregunten acerca de una de las cuestiones más críticas en la vida del ser humano. Que prefieren que sus hijos se la pasen hipnotizados frente a un videojuego, tanto cómo para no tener ni la más mínima inquietud acerca de la vida. Que les resulta más práctico que estén entretenidos a que crezcan con curiosidades, preguntas, intrigas.
Y encima lo hace de una manera totalmente incorrecta. Utiliza de excusa al juego, que lejos está de ser sinónimo de quietud espiritual y mental, sino que es es una de las actividades más naturales del hombre y, entre sus infinitos propósitos y riquezas, sirve para aprender a relacionarse con el universo que nos rodea. Dicho de otra manera, tiene una función simbólica a través de la cual podemos adquirir herramientas para enfrentar nuestra propia realidad.
Ahora, si existen clientes padres que no quieren que sus hijos pregunten demasiado (que sería algo así como molestar) y PlayStation logró crear un juego que consigue que los chicos pierdan uno de sus instintos más grandes (cuestionar su entorno)… entonces, cierren el trato, hagan la compra.
Yo me quedo con la otra opción. Aún sin hijos.